Lo que vi en Instagram ni era mentira ni era verdad
- angelacantador
- 22 nov 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 8 dic 2020

Fuente: Àngela Cantador
22 NOVIEMBRE
Desde que empezó la pandemia veo a más gente en Instagram celebrando la vida. Aquel reencuentro, aquella excursión, una comida, ese viaje... Todos los privilegios que muchos hemos empezado a apreciar más seriamente desde que nos han sido prohibidos. Pero en medio de este frenesí por mostrar la felicidad que sentimos y la satisfacción que nos produce nuestro entorno social, me pregunto: ¿Nadie más ha sentido la soledad que acompaña estos nuevos tiempos? Esa nostalgia presente en la cotidianidad que recuerda a los que ya no están y a los que no pueden estar.
La nueva normalidad es más que un café improvisado en un banco por el cierre de los bares; es la ausencia de todo lo que ya no es. Y el dolor de lo que fue, y la incertidumbre de lo que será. ¿Dónde se habla de lo que cuesta estar presente sin aquello de lo que nos han privado? ¿Quién habla de esa soledad? Me levanto cada día con decenas de “happy” stories en mi cuenta esperando ser clicadas. Y resulta reconfortante pensar que cada uno valora lo que tiene. Pero ¿valoramos todas las emociones que sentimos? Y aún más: ¿podemos expresarlas públicamente por igual?
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