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La chilena Carolina Moscoso narra su violación en un film: "La profundidad de vivir no se pierde"

  • Foto del escritor: angelacantador
    angelacantador
  • 18 nov 2020
  • 8 Min. de lectura

Tras callar durante años la agresión sufrida en una playa cercana a Santiago de Chile, la cineasta explica su violación y las consecuencias posteriores con el documental 'Visión nocturna', una performance que reflexiona sobre qué es una violación y cuánto dura realmente.


Esta entrevista ha sido publicada originariamente en catalán en el medio digital Directa, a fecha del 23 de octubre de 2020. Podéis leerla aquí.

Fuente: Directa


ÀNGELA CANTADOR


¿De dónde viene tu relación con el cine?


En todas las familias hay alguien que hace las fotografías y que graba, esa persona que no tiene afán por el cine, pero sí por el registro de la memoria. Esa persona era mi tío. Fue el primero de la familia en poder comprarse una cámara y para nosotros fue una novedad muy grande. Con siete años empecé a pedir una todas las Navidades. Me la regalaron a los 15 y fue muy emocionante porque comencé a imitar a mi tío. Él grababa los momentos felices, las fiestas, la alegría. Ahí me di cuenta de que yo tenía otra forma de grabar. En silencio, sola en mi habitación, con mis amigas, la naturaleza... Mi impulso por grabar proviene de ese existir en el mundo con una cámara y reaccionar a este grabándolo. Decidí hacer la película con los materiales grabados que había descartado durante años. Por lo que he aprendido en mis estudios, siempre había pensado que estaban mal hechos porque la cámara no era la última novedad, porque estaban desenfocados, porque no estaban registrados con un gran equipo... qué sé yo. Y cuando me encuentro con este material, tomo conciencia de que estas imágenes me provocan y me hacen sentir muchas cosas. Es así como empiezo a deshacerme de estos patrones determinados sobre el cine, sobre lo que es y lo que no es correcto, que me parecen nefastos para la libertad. Para mí, tuvo mucho sentido trabajar con el material marginal, con las imágenes que se descartarían en una película oficial: los sobreexpuestos, los fuera de foco... Me sentí muy identificada con la suciedad del material, pero también con la dificultad de ver en la luz, en la oscuridad. El diálogo con la luz es muy importante.


¿Qué encontramos de esta manera de grabar en 'Visión nocturna'?


Decidí hacer la película con los materiales grabados que había descartado durante años. Por lo que he aprendido en mis estudios, siempre había pensado que estaban mal hechos porque la cámara no era la última novedad, porque estaban desenfocados, porque no estaban registrados con un gran equipo... qué sé yo. Y cuando me encuentro con este material, tomo conciencia de que estas imágenes me provocan y me hacen sentir muchas cosas. Es así como empiezo a deshacerme de estos patrones determinados sobre el cine, sobre lo que es y lo que no es correcto, que me parecen nefastos para la libertad. Para mí, tuvo mucho sentido trabajar con el material marginal, con las imágenes que se descartarían en una película oficial: los sobreexpuestos, los fuera de foco... Me sentí muy identificada con la suciedad del material, pero también con la dificultad de ver en la luz, en la oscuridad. El diálogo con la luz es muy importante.


¿Cómo es el cine chileno?


Creo que hay un cine chileno que está esperando ir a los Oscar y gustar en Europa y a los 'gringos', y no digo que esté mal. Por otro lado, está surgiendo un cine inspirado en el cine político de la época dictatorial, que ofrece una resistencia al lenguaje cinematográfico y a los modos de producción. El de la Unidad Popular y en general todo el nuevo cine latinoamericano fue revolucionario. Pero también muy heteropatriarcal. En este sentido, las mujeres y disidentes estamos empezando a hacer ahora un nuevo cine, a contar las historias que los hombres han contado siempre por nosotras, como mi película: ¿Cuántas películas sobre violaciones y hechas por hombres hemos visto? Incluso hay cineastas que han violado a sus actrices para lograr la escena. Siguen pensando en la violación como un abuso sexual. Una cosa que me asusta mucho es este cine que pareciera contestatario, pero que no cambia nada, que no genera discusión. Y como en muchos otros lugares del mundo, creo que en Chile hay mucho cine que aborda las películas como si fueran temas, para tener éxito. Los lenguajes del cine aportan más que el tema.

Narrar una violación y todo lo que conlleva debe ser muy complejo...¿Qué importancia tiene el formato de la película sobre lo que se está narrando? El silencio, la música, etc.


Precisamente por eso digo que las películas no son temas. No es llegar y decir “Ay mira, voy a hablar de una violación, a ver si engancha”. No tenía la película en mente, sino que el guion nacía a medida que yo iba viviendo. Cuando empecé a revisar el material grabado, me di cuenta de que la película se correspondía con un recorrido emocional, sobre lo que pasa cuando te hacen una herida tan grande. No es un solo un documental sobre la violación o sobre las mujeres, sino sobre toda la existencia humana; esta existencia donde nos herimos y donde alguien puede cambiarnos de un momento a otro. Exactamente como ha hecho esta pandemia con toda la humanidad. Esta también el tema de la voz. Una de las cosas más afectadas por la violación fue el poder hablar. Durante más de ocho años no le conté a nadie. Entonces empecé a leer sobre feminismo y aprendí que lo que me había pasado, no era culpa mía. Esos relatos me hicieron darme cuenta de cómo las mujeres hemos guardado una culpa milenaria, callando y protegiendo a los hombres y este tabú social, que yo misma he vivido. Necesitaba que en la película se apreciara esta relación entre lo social, el silencio y el tabú. Y así llegué a la manera de narrar en que hay un texto escrito, una voz y la música, que es mi voz transformada en notas. Camila Moreno, una gran compositora y cantante chilena, grabó todas las escalas de mi voz, a mí leyendo poesía, y lo transformo en distintos sonidos. También hay este relato en la película: finalmente y a pesar de todo, yo soy la que canta durante todo el documental.


Sobre tu película, algunos titulares de la prensa hablan de "dolor". ¿Te parece que es lo que se desprende de tu historia?


La película es un gran homenaje a la vida. Nos ha tocado vivir en un mundo terrible y para las mujeres es aún peor. A pesar de esto, el documental nos muestra que hay belleza en la naturaleza, en el amor... La profundidad de vivir no se pierde. Creo que asociar de manera inmediata violación y dolor es muy sensacionalista. Cunado la gente sale de ver la película, me dice que les ha dejado una sensación de paz. Y eso no se lo espera nadie, porque estamos acostumbrados a ver filmes angustiantes de violaciones, como ‘Irreversible’ (Gaspar Noé). Claro está que hay una gran herida, pero también es una historia sobre como hemos logrado ser felices en medio de todas las heridas que nos ha dejado este mundo. Hay toda una elaboración de lo que significa vivir. Sin embargo, creo que en la cultura occidental no queremos hablar del dolor y, de alguna forma, el documental es también una invitación a hablar de este, porque todos lo sufrimos.

De hecho, en un momento de la película te refieres a tu violación como una historia "buena y mala", aunque después reconoces que no sabes porque lo has dicho.


Creo que el bien y el mal tienen que ver precisamente con la forma en que el dolor va tan de la mano de la sensación de vivir. Me pregunto por qué respondí eso, porque según lo que es políticamente correcto, nadie podría decir que una violación tiene algo de bueno. Pero fue justamente en ese lugar, donde me habían violado, que me sale esta respuesta, sin pensarla. Estas son las cosas que más me interesan. Por este motivo creo que ‘Visión nocturna’ no es un panfleto, porque no intenta llegar a esos lugares correctos y comunes. Es un intento de ver la existencia como una cosa no lineal. Y eso no pone en duda que yo esté criticando la cultura de la violación, pero si el efecto que esta tiene sobre nosotras. Siento que podemos mirar más allá.


Estando en Santiago (Chile) pude ir a algunas marchas feministas y me sorprendieron por su intensidad. No he visto este tipo de movilizaciones aquí.


A mí me paso lo mismo. Fui a las marchas feministas de Barcelona y no tienen la potencia de las de Latinoamérica, pero es porque en Europa las mujeres no sufren el mismo nivel de opresión, creo yo. América Latina ha estado muy explotada y nuestra sociedad se creó a partir de la colonización y del genocidio de los pueblos originarios. Durante la dictadura de Pinochet, los hombres de la izquierda hablaban de opresión mientras sus mujeres estaban en casa planchándoles las camisas. En el caso chileno -el único del que te puedo hablar- las feministas salimos a protestar por todo esto: por nuestras antepasadas, por lo que nos ha dejado la dictadura, por los espacios que nunca nos han dado y por el racismo que sufrimos. Por este motivo hemos tenido que crear un feminismo que no provenga de las intelectuales blancas de Europa y de Estados Unidos, sino uno de propio que entienda de la reciprocidad de las opresiones. Y creo que esto es lo que hace que nuestras movilizaciones sean tan fuertes: que nuestro nivel de opresión es igual de fuerte.


Este domingo celebráis un plebiscito nacional para reformar la Constitución vigente, redactada durante la dictadura de Pinochet. En materia de género, ¿qué crees que debería cumplir la nueva Constitución?


Para mí, la clave de la nueva Constitución está en quién la redactará, y con este plebiscito Chile abre la puerta a crear una de las primeras constituciones a escala mundial construida de manera paritaria. Es fundamental que haya mujeres y disidentes redactando la Constitución, porque ni siquiera confío en los hombres de la izquierda.


¿Tienes pensado grabar alguna cosa durante el plebiscito?


Yo trabajo para la OFAPP, la Organización de Familiares y Amigxs de Presxs Políticxs de Chile. Desde el inicio de la revuelta, en octubre de 2019, hay centenares de presos políticos, que casualmente son los más pobres y los que protestaron, gracias a los que podemos celebrar este plebiscito. Hay chicos, niños de 16 años, que por haber participado en una protesta están presos desde hace un año, sin ninguna prueba más que las aportadas por la policía. La OFAPP está formada sobre todo por las madres y las mujeres de estos presos; como en todas las luchas, siempre son las mujeres las que dan la cara. Son muy escépticas con el plebiscito, ya que el proceso se producirá mientras sus hijos y familiares siguen presos. El sábado iré con ellas, a grabar toda esta gente que ha quedado marginada de un proceso democrático que parece muy revolucionario. Iré allí a ver qué pasa. Igual sacó la cámara, igual no; no planeo mucho los rodajes.


¿Crees que puede salir "Apruebo" y "Convención constituyente"?


Creo que sí que saldrá, pero no soy una “apruebolover”. Votaré, pero creo que hay otras luchas mucho más importantes que se deben hacer de forma paralela en la calle y en las poblaciones. Asimismo, la gente con covid no podrá votar; no hay voto por correo, es presencial. También tenemos los militares en la calle y estamos bajo toque de queda desde hace un año. Y el plebiscito se celebra en este contexto. Hace falta mucho más que una votación, sabemos los intereses internacionales que hay para que Chile siga siendo lo que era. Lo más importante es seguir luchando, el plebiscito no termina el proceso que estamos viviendo. Es un momento político muy complejo; estoy bien implicada en lo que está pasando, estoy trabajando en una nueva película.

¿De qué tratará?


Me pregunto sobre la relación entre la policía, la masculinidad y el patriarcado. Una de las propuestas de esta revolución es precisamente reformar el cuerpo de Carabineros de Chile. Y los hombres de mi familia son policías. Mi tío, el que grababa, me regaló todo el material que tenía. Y estoy trabajando con este archivo, haciéndome esta pregunta a la vez que tengo que lidiar con que sean los hombres de mi familia.

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